domingo, 12 de febrero de 2012

Libertad como Estado Natural

Libertad, la única palabra que ha sacudido el mundo desde su creación.
En una situación como en la que nos encontramos actualmente me pregunto si de verdad la libertad es un derecho natural del ser humano. Pienso en ello y pese a que en ocasiones me cuesta creerlo creo que la libertad fue el segundo derecho dado al ser humano. El primero fue la vida.
Los primeros hombres eran libres pues conservaban su estado natural, vivían de y para la naturaleza, formaban parte del ciclo vital de la tierra. Nacían de ella y a ella retornaban al morir.
Después la libertad se trunco y nunca más pudo ser recuperada hasta ahora.

Pero, en pleno siglo XXI, me pregunto ¿Somos realmente libres?

Desde luego creemos que lo somos, pero contemplando el mundo que me rodea con perspectiva creo que seguimos siendo esclavos. Esclavos del poder, del dinero, del trabajo y del miedo.
Esclavos de la conformidad, creo que esa seria la mejor manera de definir la sociedad actual. Dejamos que unos pocos, que en teoría han sido elegidos por el pueblo, nos vapuleen a su voluntad y nosotros, quienes de verdad nos vemos afectados con cada subida de precio o con cada reforma, no hacemos nada. Somos tremendamente conformistas y eso es debido a que somos incapaces de pensar en algo más profundo que nuestras superficiales vidas, demasiado ocupadas en trivialidades. El ser humano actual ni piensa ni va más allá de sus intereses propios y eso es triste.
El ser humano que es incapaz de pensar, de tener opinión y de saber expresarla esta condenado a la cobardía y por ende a la incertidumbre.  Sí, somos cobardes y vivimos en constante duda porque somos incapaces de pensar y esa lacra pasa de generación en generación. Nacemos cobardes y ni tan siquiera nos damos cuenta.

Creo que, lo que es necesario en estos tiempos, es enseñar a las personas a pensar.
Enseñar a la sociedad a tener sus propias ideas, dejar los estereotipos atrás, dar herramientas para que la gente pueda comprender lo que siente respecto a algo. Sólo así dejaremos de vivir en el más absoluto miedo y de temer al pasado. Sólo así podremos ser libres, pues la libertad de cada individuo nace de su pensamiento.

Hay algo que comprender ahora y que es necesario para poder avanzar; mientras exista el ser humano habrá pensamiento. Hay que dejar de viciarlo, hay que enseñarlo y desarrollarlo.
Una vez el pensamiento humano haya cambiado, también lo hará la sociedad pues no existirá ese miedo irracional al cambio. Desde que el mundo es mundo las cosas mueren para renacer.
Es el estado natural. No hay que temer al cambio, pues nosotros mismos cambiamos cada día, a veces sin percatarnos de ello.

Es necesario abrir la mente a ese cambio, aceptarlo, llevarlo con conciencia y hacer que prime, sobre todas las cosas, el derecho individual de cada persona.

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