Sade pasará los últimos años de su vida en el asilo mental de
Charenton gracias a su familia que se encarga de pagar su estancia y
manutención.
Para Sade, Charenton podría haber supuesto un retiro
tranquilo pues allí encuentra la comprensión de François de Coulmier, ex
sacerdote de parecida edad a la suya, el cual era director del centro. Coulmier
permitió las visitas de Constance, quien pasaba por ser su hija ilegitima.
Sade disfrutó de una celda de dos habitaciones en las que
pudo disfrutar de su afición a la lectura. Continuo con su labor de escribir y
el propio Coulmier le permitió formar un pequeño grupo de teatro que tendría
como actores a los enfermos del centro. La compañía fue un éxito y logro que,
en ocasiones, profesionales del teatro participaran en alguna de las obras.
Sin embargo, dichas representaciones no fueron acogidas bien
por todo el mundo y se suspendieron definitivamente el 6 de mayo de 1813 por
decreto ministerial.
El estado físico de Sade en sus últimos años no había cesado
de ser lamentable y las oscuras paredes de Charenton contribuyeron a que su
mito se hiciera más grande, llegando a acusarlo de mantener relaciones con una
menor de 13 años llamada Madeleine Leclerc, este hecho sin embargo nunca fue probado
y solo se tiene la prueba escrita del Marqués, quien apuntaba todas sus visitas
con extraños símbolos que se cree significaban las relaciones sexuales
mantenidas.
En su agonía Sade deja como heredera de sus ya pocos bienes a
Constance y deja unos muy claros puntos a seguir tras su muerte, he aquí un
extracto de su testamento:
“Prohíbo
absolutamente que mi cuerpo sea abierto bajo ningún pretexto.
Se
enviará recado a Monsieur Le Normand para rogarle que venga él mismo a buscar
mi cuerpo para transportarlo al bosque de mi tierra de la Malmaison, comuna de
Émancé, cerca de Épernon, donde quiero que se me entierre sin ninguna especie
de ceremonia bajo el primero soto que se encuentra en la derecha del susodicho
bosque, entrando por el lado antiguo del castillo, por la gran avenida que lo
divide.
La
fosa será cavada por el granjero de la Malmaison, bajo la inspección de Le
Normand, que no abandonara mi cuerpo hasta después de haberlo colocado en la
fosa. Si quiere puede hacerse acompañar por aquellos parientes o amigos que sin
ningún tipo de aparato quieran darme esa última muestra de afecto.
Una
vez cubierta la fosa será sembrada de bellotas a fin de que el terreno y el
soto vuelvan a encontrarse tupidos como eran antes y las huellas de mi tumba desaparezca
de la tierra, como espero que se borre mi memoria de la mente de los hombres,
excepto un pequeño número de los que han querido amarme hasta el último momento
y de los cuales me llevo a la tumba un recuerdo muy dulce.”
Sade muere el 2 de diciembre de 1814 a la edad de 74 años.
Murió el mismo día en que su hijo Claude-Armand le visitaba
aprovechando la ausencia de Constance. Dos días después y contrariando los
deseos de su padre, Claude lo hace sepultar en el cementerio de Saint Maurice
en Charenton, después der una rutinaria ceremonia religiosa.
Su hijo quemo todos los manuscritos inéditos incluida una
obra en varios volúmenes llamada Les
journées de Florbelle.
Su cráneo fue exhumado años mas tardes para realizar con él
estudios frenológicos.
Manuscrito original de Los 120 días de sodoma
En contra de los últimos deseos que Sade tuvo se convirtió a
los largo de todo el siglo XIX en un personaje oscuro y depravado que ha sido
muy estudiado hasta nuestros días por su percepción del vicio y la virtud.
Una
obra escandalosa y macabra que lo hizo convertirse en leyenda.
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