Título original: L’Apollonide.
Souvenirs de la Maison Close
Año de estreno: 2011
Director: Bertrand Bonello
Reparto: Noémie Lvovsky (Madame Marie-France), Hafsia Herzi (Samira),
Céline Sallette (Clothilde), Jasmine Trinca (Julie), Adèle Haenel (Léa), Alice
Barnole (Madeleine), Iliana Zabeth (Pauline).
La decadencia de una época pasada.
Una franca visita a un burdel Parisino entre 1899 y 1900. Una historia en
dónde la belle époque resulta menos
bella para las chicas que trabajan en él que para sus ricos clientes.
L’Apollonide es una cinta que destaca por su belleza visual. Las
sensaciones que las mujeres de la Maison
Close experimentan en su interior repercute en los escenarios que se nos
van mostrando con una sobrecogedora sensualidad; ambientes opresivos, primeros
planos en que la tristeza de las jóvenes queda patente, el obsesivo erotismo
que convierte el deseo en algo casi irreal y el paso del tiempo, lento y
pesado, que hacen que cuando la película acaba sientas que, en realidad, L’Apollonide
no ha avanzado en el tiempo.
Una cinta que deja atrás el siglo XIX, lleno de color y exotismo, para
adentrarse en el nuevo siglo XX, dónde el mundo dentro de la Maison Close se resiste a abrazar las
costumbres del recién estrenado siglo y se queda estancado en aquella época de corsetería
y fantasías, haciendo que el mundo alrededor de las mujeres se vuelva onírico.
Alice Barnole interpreta a Madeleine, una prostituta agredida por uno de sus clientes.
Adèle Haenel en una de las escenas visualmente más impactantes de la cinta.
Una película en la que la realidad de la prostitución oprime al espectador
de manera sutil pero dura: las mujeres de la Maison Close pueden comprarse y venderse, sus clientes pueden
transformarlas en Geishas o muñecas. Un mundo en el que los hombres poseen
durante toda una noche la vida y la integridad de una persona, en algunos casos
de manera inocente y casi artística y en otras de manera subyugante.
La importancia del dinero en la película es importante, pues muestra de
manera cruda la realidad de esas mujeres. La cosmética de la época, la higiene
personal de las mujeres, las temidas enfermedades de transmisión sexual y el
compañerismo que se vive dentro de la Maison
Close junto a la última escena en que las prostitutas del París moderno
esperan a pie de carretera algún cliente que las recoja, nos muestra que pese a
los cambios, el negocio de la prostitución sigue siendo el mismo, poniendo así la guinda del pastel a esta magnífica obra
visual que hace reflexionar.
"Esta noche haz como si estuviera muerta."
No he podido dejar de pensar en Monet,Manet,Degas...
ResponderEliminarMe encanta tu recomendación,y tambien enorabuena por el cambio de look del blog¡¡¡
Sí, tiene un aire a caballo entre lo romántico y lo impresionista. ¡Muchas gracias por leerme!
ResponderEliminar¡Saludos!